En la parte superior, seguimos un camino con una pequeña grimpada equipada con clavijas. Aunque no es complicado, la roca lisa puede ser resbaladiza, así que ten cuidado. El camino está pegado a la roca a nuestra izquierda, formando unas escaleritas que nos llevarán al paso, no tiene perdida.
Tras superar este paso, seguimos ascendiendo entre caminos y rocas, señalizados con fitas. El terreno es empinado pero no presenta grandes dificultades, solo busca los escalones que te resulten más cómodos.
Llegamos a la tercera chimenea, la más sencilla de las tres. Te recomiendo empezar a ascender por el centro de la chimenea, como si fuera una escalera, y luego desviarte a la derecha para hacer el último tramo en diagonal hacia la izquierda. Una vez superada, queda una pequeña grimpada hasta la cruz del Paso del Portillon du Midi, que nos servirá como referencia para el descenso.