Ficha técnica de la ruta
El Monte Perdido, con sus 3.355 metros, es la tercera cima más alta del Pirineo y un sueño para los montañistas. Lo que lo hace tan especial no es solo su altitud, sino su ubicación en pleno Parque Nacional de Ordesa y Monte Perdido, una de las zonas más bellas y emblemáticas de los Pirineos.
Por su vía normal, la ruta al Monte Perdido atraviesa lugares icónicos como el Refugio de Góriz y la temida Escupidera, ofreciendo paisajes inolvidables y una experiencia única en la alta montaña.
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¿Cómo llegar al inicio de la ruta al Monte Perdido?
El Monte Perdido se puede ascender desde tres puntos principales:
En nuestro caso, elegimos partir desde la Pradera de Ordesa. Pernoctamos la noche anterior en el último parking de la carretera antes del desvío a Bujaruelo, ya que en el aparcamiento de la Pradera está prohibido pasar la noche.
Por la mañana nos levantamos pronto y aparcamos en el aparcamiento de Pradera. tener en cuenta, que es una zona que suele llenarse de senderistas de todo tipo, a causa de la cantidad de rutas que hay. por lo que es mejor llegar pronto para poder aparcar.
⚠️ Importante: Antes de planificar, consulta el estado de la carretera de acceso, ya que puede cerrarse y sustituirse por autobuses lanzadera.
La ruta al Monte Perdido: día 1
De la Pradera de Ordesa al Refugio de Góriz
Desde la Pradera, el primer objetivo es alcanzar el Refugio de Góriz, el campamento base para ascender al Monte Perdido. Hay varias opciones para llegar, pero las más típicas son:
Nosotros optamos por subir por la Senda de los Cazadores y descender por la ruta clásica de la Cola de Caballo.
Senda de los Cazadores: un reto con vistas de ensueño
El sendero comienza al final del aparcamiento de la Pradera de Ordesa. Está perfectamente señalizado y nos llevará hasta el famoso mirador de Calcilarruego.
⚠️ Atención: Esta senda suele estar cerrada en invierno debido a la nieve. Consulta siempre las condiciones antes de subir.
El primer tramo es un zigzag intenso en el que se gana gran parte del desnivel. Aunque la subida puede ser dura, las vistas desde el mirador de Calcilarruego, con el Monte Perdido y la Brecha de Rolando de fondo, son la mejor recompensa.
Tras el mirador, el camino se suaviza y serpentea por un sendero cómodo y prácticamente llano, llevándonos directamente a la Cola de Caballo. No es tanto como suele decirse, la verdad que el camino es bastante ancho y no tiene ningún paso difícil.
Este tramo es el más concurrido de la ruta, por ello, recomendamos hacerlo trempano para poder ir más tranquilo. Pasado el mirado la gente se disipa.
Antes de llegar a cola de caballo podemos desviarnos y seguir hacia Goriz, evitando las clavijas de Soaso. Desde allí, continuamos hacia el Refugio de Góriz, ascendiendo por suaves praderas.
En invierno creo que el desvío está cerrado y se deberá bajar hasta la cascada para ascender por la Clavijas.
Nosotros tardamos 6h pero íbamos con mucha calma, grabando haciendo fotos y paramos a comer varias veces.
Datos del día 1:
El Refugio de Góriz: tu base para el Monte Perdido
El Refugio de Góriz está abierto todo el año y ofrece la posibilidad de pernoctar tanto en el interior como en acampada libre (prohibida en invierno). Es un lugar cómodo y recientemente renovado.
➡️ Reserva tu plaza en el Refugio de Góriz aquí.
📌 Consejo: Si planeas salir temprano, lleva tu desayuno. Aunque el refugio ofrece opciones para madrugadores, preparar un café y algo de comer por tu cuenta es más práctico. Sirven el desayuna bastante tarde y la opción que te ofrecen es muy escasa para lo que vale.
La ascensión al Monte Perdido: día 2
Del Refugio de Góriz a la cima
El segundo día comienza ascendiendo desde el refugio. El sendero está bien marcado, aunque hay tramos rocosos que requieren atención, especialmente en condiciones invernales.
El primer punto destacado es el Lago Helado. Justo antes, encontramos el punto más delicado de la ruta, una zona equipada con cadenas para facilitar el paso en un tramo lateral algo expuesto. las cadenas ayudan muchísimo por lo que se puede sobrepasar sin problemas.
Pasado este punto ya solo nos queda la ultima pendiente hasta el lago helado, que nos sitúa a los pies de la temida escupidera, donde nos acercaremos al inicio por la pequeña arista de la derecha.
Nosotros salimos muy temprano a las 5h, porque en un principio queríamos hacer también el cilindro.
La temida Escupidera
La Escupidera es el tramo más famoso (y peligroso) de la ruta al Monte Perdido. Se trata de un corredor con fuerte pendiente, con inclinación pronunciada (30-35º), que requiere dominar las técnicas de autodetención si se realiza en condiciones de nieve o hielo. Lo peligroso de la escupidera es que un pequeño fallo, nos puede escupir hacia un precipicio pronunciado con fatales consecuencias.
Se trata de un punto negro en el Pirineo, donde han perdido la vida 14 montañistas en los últimos 30 años.
⚠️ En invierno: Consulta siempre las condiciones en el refugio antes de aventurarte.
Superada la Escupidera, llegamos al hombro de Monte Perdido, desde donde un último esfuerzo nos lleva a la cima.
Del refugio a la cima, al final tardamos unas 4h. Encontramos la nieve de la escupidera bastante helada al subir y ascendimos de forma muy lenta. Sin embargo, tras tocarle el sol, de bajada la nieve estaba más blanda y resultó muy fácil.
Si tenéis suerte, tendréis el camino marcado. En ese caso ascender es muy fácil. Sin embargo, si la nieve está en malas condiciones puede complicar mucho la subida.
Descenso y regreso por las clavijas de Soaso
De vuelta en el Refugio de Góriz, recogemos nuestras pertenencias y optamos por descender por las Clavijas de Soaso. Este tramo, aunque algo técnico, está equipado con cadenas que facilitan el paso.
No tienen demasiada dificultad, pero si que es cierto que algunas de ellas están bastante separadas y si las encontramos heladas puede ser más complejo, pero las cadenas ayudan muchísimo,
Tras las clavijas, alcanzamos la cascada de la Cola de Caballo y continuamos por la senda clásica hasta la Pradera de Ordesa.
Datos del día 2:
Recomendaciones para la ruta al Monte Perdido
Conclusión: Una experiencia inolvidable
El Monte Perdido es una de esas aventuras que quedan grabadas para siempre. Desde los paisajes de Ordesa hasta la majestuosidad de su cima, esta ruta combina esfuerzo, naturaleza y emoción a partes iguales.
No se trata de una ruta invernal apta para principiantes, ya que puede complicarse dependiendo del estado de la escupidera.
¿A qué esperas? ¡Prepara tu mochila y lánzate a la conquista del Monte Perdido!
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